sábado, 18 de noviembre de 2023

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El Amor en la Naturaleza.

Para estudiar el misterio de la Generación Universal tendremos que remontarnos no solo a los orígenes de la humanidad, sino que visto el fenómeno más ampliamente, debiéramos penetrar hasta aquellos instantes de la formación de Soles, Universos y Sistemas Solares, porque la Vida, este gran arcano de la Naturaleza que no ha sido creada, es ha sido y será siempre, y como tal no es otra cosa que la manifestación de Dios en la Naturaleza, en la materia o en la substancia.

Bien lo dice el Evangelio de Juan en sus primeros versículos, que debemos leer siempre en eterno presente, porque en todo momento la Energía se transforma en substancia, o lo que es lo mismo el Espíritu en materia, para dar posibilidad a la existencia de los Seres: 
 
"EL Principio es el Verbo, el Verbo es Dios, y por Él son todas las cosas"
 
 sin el poder de la Energía-Espíritu no podría manifestarse nunca la materia, pues ya el científico lo ha demostrado plenamente: 
"Materia es Energía condensada, y hecha visible, y Energía es la misma materia enrarecida, sutilizada hasta la invisibilidad que se agita en forma serpentina, y que se mueve a la velocidad de la luz al cuadrado".

Es así como debemos admitir que Dios, el Espíritu Universal, se expresa en la Naturaleza como una fuerza de Expansión: Electricidad Cósmica o Voluntad Divina; una Fuerza de Cohesión: Magnetismo Cósmico ó Sabiduría Divina, y una resultante: el Electromagnetismo Cósmico, Actividad Divina o Movimiento Eterno de la Vida, que es la razón de ser de la existencia de todos los Seres y de todas las cosas.
 
 Por esto decimos que: Dios el Espíritu o Energía Universal, duerme aparentemente en el mineral, despierta y es crecimiento, aromas, flores y colores en el vegetal; es astucia e instintos en el animal; es Consciencia en el hombre y Amor en el Adepto.

El Magnetismo Universal, la Sabiduría Divina, hizo que aquella Energía o Espíritu se fuera condensando o cristalizando desde el oscuro amanecer de las edades hasta constituir la Substancia Raíz Cósmica de la cual están hechas todas las cosas.

El hidrógeno por ejemplo, primer elemento entre los cuerpos simples, debe su existencia a la armonía de un electrón de carga negativa que gira a gran velocidad alrededor de un protón o núcleo de carga positiva. 
 
La molécula de agua (H2O) no es otra cosa que el maridaje entre dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. 
 
La sal común o cloruro de sodio, que todos los días ingerimos, no es sino la armonía entre un átomo de cloro y uno de sodio. 
 
Un elemento masculino se une a otro femenino, y tenemos un hijo, que lleva en sí la posibilidad de convertirse en un futuro padre o madre. 
 
He ahí, la dualidad eterna de la Naturaleza, una fuerza que expande y otra que coagula; electricidad y magnetismo que originan el movimiento o electromagnetismo que sostiene a los átomos en los cuerpos minerales, o a los planetas y sistemas solares girando en los espacios infinitos.

Nada en la Naturaleza puede venir a la existencia sin el poder de la dualidad, sin el poder de la cruz. 
 
Todo lo que vemos en el reino mineral vino a ser por el poder del magnetismo, por el poder del cruzamiento o armonía de los contrarios "(complementarios)". 
 
Así se formaron los cuatro elementos, hidrógeno, oxígeno, carbógeno y nitrógeno, que son la base y fundamento, el anillo que sostiene la vida de la substancia orgánica en donde los químicos pretenden descubrir la Vida.

Así los átomos de los cuerpos simples se unieron a otros para formar moléculas, y las moléculas se unieron a otras para formar la célula que es el basamento de la vida vegetal, animal y humana. Pero no solamente este magnetismo o Amor Universal opera en el reino mineral como ley de atracción; veamos ahora las mil maravillas y los preciosos encantos de que se vale el vegetal para conservar la Vida.

¿Quién de vosotros no ha tomado una rosa entre las manos, para deleitarse con sus colores y su forma o también con sus aromas? 
 
Sabemos por la botánica que existen flores hermafroditas; es decir, flores en las cuales los dos elementos, masculino y femenino, estambres y pistilos, se hallan dentro de la misma flor; en ellas, por fuerza de gravedad, por la lluvia o por el viento se verifica la auto-fecundación, o sea el proceso por medio del cual, el elemento masculino (el polen), se deposita sobre el pistilo (elemento femenino) que tiene los óvulos en su interior para fecundarlos y así producir el fruto y la Semilla.

Pero también sabemos que existen plantas en las cuales los Sexos ya han sido separados, y es aquí, donde la misma Naturaleza ha operado milagros para lograr la fecundación de las flores hembras, mediante el polen de las flores masculinas que se hallan a veces muy distantes. 
 
"Sería superfluo 
-dice Mauricio Maeterlinck en su libro 
"LA INTELIGENCIA DE LAS FLORES" -
trazar el cuadro de las grandes sistemas de la fecundación floral; el juego de los estambres y el pistilo, la seducción de los perfumes, la atracción de los colores armoniosos y brillantes, la elaboración del néctar, absolutamente inútiles para la flor, y que ésta no fabrica sino para atraer y retener el libertador extraño, el alado mensajero del Amor, abejorro, abeja, mosca, mariposa o colibrí, que debe traerle el beso del amante lejano, invisible e inmóvil."

Este delicado mundo vegetal que vemos tan tranquilo en apariencia, resignado y silencioso, obediente y recogido, es por el contrario un mundo en el cual la rebelión se manifiesta en todo instante.

Mientras que el árbol tiene su órgano nutricio en las raíces, que lo sujetan y lo esclavizan en el suelo, por arriba, a través de sus ramas y sus hojas busca su libertad y se expande en flores de colores y aromas deliciosos, que se escapan al soplo tibio de las brisas como queriendo conquistar el infinito.

La planta, condenada a la inmovilidad desde que nace hasta que muere, es para nosotros un ejemplo de valor, de perseverancia y de ingeniosidad; la planta, mejor que nosotros, que desperdiciamos la Energía y los esfuerzos, ella sabe contra qué rebelarse ante todo; y la Energía de su idea fija, que sube de las tinieblas de sus raíces para organizarse y manifestarse en la luz de su flor, es como el símbolo de una oración o de un éxtasis incomparables.

De ahí los maravillosos sistemas de diseminación y propulsión que la planta ha inventado, de aviación, como en el cardo santo en donde cada Semillita está provista de un paracaídas que la llevará a lugares remotos; de los resortes explosivos del euforbio, del dulzor de algunas Semillas que las aves ingieren para luego depositarlas en lugares lejanos: así vemos que no hay Semilla que no naya inventado algún procedimiento particular para evadirse de la sombra materna.

Cuando se sabe mirar a la Naturaleza y a la Vida en general con los ojos del Alma, tendremos que deducir, que toda nuestra arquitectura y todos nuestros motivos musicales, todas nuestras armonías de color y de luz, etc., son directamente tomados del reino vegetal.

Cuántas cosas grandes, nobles y bellas nos enseñan este reino, donde la fecundación se cumple dentro de la más preciosa Sensibilidad y estetismo. Si contemplamos esta misma función del Amor Universal dentro del reino animal, qué maravillas podemos encontrar. 
 
Esta función de la reproducción tampoco debe constituir para nosotros aquel tabú con que han querido verlo la estulticia y la malicia absurdas de ciertos Seres, para quienes el Sexo es, o causa una pudibundez absurda; para muchos de estos pobres Seres ignorantes, que bien desean que el Divino Arquitecto no hubiera puesto el Sexo, les tenemos lástima; ignoran que ellos mismos son hijos del Amor y productos del Sexo.

Esta estrechez de criterio naturalmente no puede ser más que producto de su propia estulticia y de la manera absurda e inhumana con que suelen mirar a la Naturaleza. Por eso se ha dicho con sobrada razón: "Para aquél que es puro de corazón todas las cosas son puras", pero para aquél otro que no ha desarrollado Alma y lleva siempre la maldad a flor de labios, para éste, todas las cosas son impuras.

Cuánta ternura debiera producirnos la forma en que se realiza el milagro de la fecundación en algunas especies de peces, por ejemplo; al pez macho, le toca a veces recorrer largas distancias, vencer miles de dificultades, hasta arriesgar su vida, para depositar el Semen sobre los huevecillos que la hembra ha depositado en medio de pedruscos, venciendo también grandes peligros.

Con qué solícito cuidado las avecillas construyen su nido después de recorrer largas distancias (en algunas especies migradoras), ponen sus huevos, y aún dejan de comer para empollarlos calentándolos al calor de su propia sangre.

Cuánto milagro el que la Vida realiza cuando vemos al fin surgir una avecilla indefensa, cuyos padres deben proteger hasta que aprenda a valerse por sí misma. El animal obedece a un instinto, a un llamado de su raza.

Y si fuésemos a observar las distintas especies de animales, cuántas cosas maravillosas no encontraríamos, y cuántos ejemplos nos podrían dar ellas, ¿Por qué ha de ser impuro el Sexo? ¿No nos parece un milagro el que la Vida realiza cuando meditamos la cuestión en el reino humano? ¿No nos parece maravilloso que de la unión de un zoospermo y de un óvulo -visibles solamente al microscopio - pueda surgir un hombre con una Inteligencia sutil y maravillosa? Sin embargo la estulticia de las gentes y la mente pervertida con pensamientos bajos y sensaciones impuras, ha trastornado de tal forma la manera de pensar, que no solo no encuentran en el Sexo la parte espiritual que él encierra (como quiera que es allí en la esfera psicogenésica, donde Dios ha colocado nada menos que el Fuego Creativo del Espíritu Santo), sino que se ha llegado hasta el extremo insólito de hacer chistes de pésimo gusto y vulgaridad contra ese Fuego Sagrado, que es el Altar mismo donde se genera la raza y donde se regenera la especie humana.

Cuánto nos compadecemos, repetimos, de aquellos Seres que bajan los ojos cuando del Sexo se habla; ellos dejan entrever su ignorancia sobre la función procreadora, la más sublime función del Amor Universal, que hace posible el renacer de nuevos Seres que necesitan evolucionar para alcanzar algún día la humana perfección. ¿Por qué ha de ser impuro el Sexo?, ¿Por qué no se avergüenzan estos hombres cuando se habla, por ejemplo, de la función respiratoria, con la cual atraemos el Aliento Universal, o de la función digestiva para la conservación de nuestros cuerpos -que son los altares donde se manifiesta la Vida -? Es que sencillamente estas funciones biológicas jamás han sido miradas con esos ojos de malicia ni de estulta pudibundez con que son miradas por aquellos que se dicen guardadores de la moral.

Que ignorancia y cuanto desconocimiento de las leyes divinas! Pero todo esto se debe a la manera infantil, absurda y ridícula como se ha interpretado la separación de los Sexos, de que nos habla el Génesis en su primer Capítulo, versículo 27, que dice: "Y creó Dios al Hombre a su Imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra lo creó". Los que no saben interpretar este versículo ignoran que la humanidad en un principio fue andrógina, es decir que el Ser Humano primitivo tenía en sí las dos polaridades, masculina y femenina, como las tienen aún hoy algunas plantas y animales, o sea que, se reproducen por sí mismos, sin la intervención de otro ser.

Y en el capítulo II, versículo 18, dice: "Y dijo Jehová Dios: no es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él". En el capítulo II, versículo 22, agrega: "Y de la costilla Jehová Dios, tomó al hombre, hizo una mujer y trájola al hombre"; en el versículo 23 dice: "Y dijo Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona porque del Varón fue tomada", Desafortunadamente por una mala interpretación del Hebreo se tradujo "Costado" por costilla.

Nada en la Naturaleza da saltos; todo lleva en sí un lento desarrollo y evolución progresiva, porque ya lo sabemos: "En la Naturaleza nada se crea, todo se transforma, todo cambia, nada permanece". El ADÁN de la leyenda es la humanidad entera que al principio, repetimos, fue Andrógina, palabra que quiere decir -ANDROS Hombre, y GINE Mujer es decir, tenía en si las dos polaridades, pero era inconsciente; el Espíritu se iba acortezando en la materia poco a poco y él hombre era dirigido por Seres superiores, por eso la humanidad obraba en forma subjetiva. Solo cuando al hombre se le dio este último vehículo de expresión que es la mente, fue cuando se separaron los Sexos para que el hombre conociera el mundo diferenciado: es decir, con la separación de los Sexos, la otra mitad de la Energía Generadora fue poco a poco ascendiendo para formar la laringe y el cerebro que son órganos de expresión del pensamiento.

En el Ser Humano en embrión, se recapitulan todos los estados por los cuales ha pasado la humanidad y de esto nos habla ya la ciencia cuando dice: "Durante la vida intrauterina, en el principio, el ser es bisexual hasta cierto punto de su desarrollo, pero después empieza a predominar uno de los Sexos, mientras que el otro subsiste rudimentario". También la ciencia nos habla de los casos de pseudo-hermafroditismo en los cuales esta diferenciación de Sexos no se ha verificado totalmente, aunque siempre ha de haber preponderancia por alguno.

Al nacer, es ésta la razón para que todos tengamos los órganos opuestos en forma germinal o embrionaria. Cada uno lo puede constatar; los ovarios, que en la mujer generan los óvulos, tienen en el hombre su representante en los testes que generan la Semilla masculina; el útero que en la mujer sirve para la nidación y desarrollo del feto, tiene su representante en el hombre en la próstata; la uretra masculina tiene en la mujer su representante en el clítoris, y, de los senos femeninos a los hombres nos restan las tetillas.

Otra de las causas que han servido para crear un tabú sobre el Sexo se debe a la ignorancia de los padres. Cuando el niño inquiere y pregunta sobre el Sexo o el nacimiento de los niños, los padres comenzamos mintiendo y engañando, con el consabido cuento de la cigüeña; y en vez de ilustrarlos como debiéramos hacerlo sobre este magno misterio de la Vida, tal como sucede en la Naturaleza (flores y anímales), contestamos con evasivas o mentiras y hasta se llega a castigar a los pequeños que tienen todo el derecho de saber, indagar y conocer.

¿Qué confianza puede inspirar a un niño su padre que le engaña o le prohíbe que investigue, que pregunte o que razone?, ¿Por qué mentir a los niños cuya Inteligencia es suspicaz y observadora y se dan cuenta de todo lo que sucede en la Naturaleza? Esto sí que es un crimen, como Marden lo ha denominado en su obra "EL CRIMEN DEL SILENCIO". Cuántos males se podrían evitar, y sobre todo, cuánto bien se haría a la humanidad y a la raza, sí se enseñara la verdad pura y sencilla, sobre esta trascendental verdad de la Energía Psicogenésica.

Para despertar esta Energía y sublimarla, es necesario abrirse al Divino Fuego del Amor; pero no el amor mundano que está envuelto en las pasiones sino el Amor Divino que es el único que diviniza al hombre y humaniza a Dios.

Extracto de: La energía Sexual
Fraternidad Rosacruz Antigua

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